Continua la entrevista al compañero venezolano y bolivariano Luis Vargas de La Juventud Obrera Cristiana representante en América Latina,

Dinos, ¿se critica con consciencia al extractivismo que hay aún en este gobierno en Venezuela, la monoproducción energética, al clientelismo generado que brindaba un reparto ,del cual ya no hay, cómo se vive esto, o al autoritarismo de las líneas verticales?


Luis: Estos focos son muy fuertes, hay unos más fuertes que otros en Venezuela, por ejemplo, el tema del extractivismo es una crítica fundamentalmente más fuerte de los sectores ecológicos e indígenas hacia el oriente del país, hace unos años, se puso más en boga con la explotación del arco minero, que es una franja de reserva natural que el gobierno quiere explotar para extraer minerales. Esto puso una gran manifestación nacional en contra de esto.

Las líneas verticales son otra cosa, desde el punto de vista electoral, han tenido implicaciones muy fuertes. En zonas donde las comunas son muy fuertes, por ejemplo, en la zona centro-occidental, está la comuna del maizal, ahí tenemos un compañero valiosísimo que ha participado de las elecciones regionales y municipales donde el gobierno no quiso asignarle el triunfo y nosotros sentimos que ganó dichas elecciones, pero ese triunfo se le asigna a un miembro del partido del gobierno. Ahí tenemos unas fuertes contradicciones porque hay una parte del gobierno ultraconservadora, nada obrera, fundamentalmente empresaria, que es la burguesía emergente que nace a partir de los negocios de la revolución bolivariana, es un sector que atenta en contra el corazón de la propia revolución. Este tipo de contradicciones se debaten siempre en las organizaciones de base, porque es una relación permanente, una dialéctica de conflicto, entre el poder constitutivo y el poder constituyente.

También hay otras contradicciones implicadas, como en la gestión publica, también son fuertes.

Hay un aumento de la delincuencia común y violencia estatal hacia las comunidades más pobres, escuadrones como el FAE, que es una fuerza de exterminio prácticamente, es una vertiente de la policía encargada de los casos más fuertes de violencia y encarcelamiento que ha tenido demasiadas muertes en muchas ciudades, ocupa a las comunidades y hasta que no salen los supuestos delincuentes, no salen esas fuerzas de las comunidades. Son grupos especiales del Estado muy violentos, y que a la vez develan contradicciones de la gestiones públicas internas porque no han sido limpiadas, ni en términos de políticas públicas ni en términos de personas. Los mismos asesinos que reprimían a la gente en los 90’s son los directores ahora de la Agencia de Inteligencia. Esto tiene implicaciones políticas muy fuertes porque las comunidades tienen que debatirse entre proteger a los líderes comunitarios para que no pasen como delincuentes y la de exigir al Estado unas políticas más congruentes, porque esto (los operativos) lo hacen con los pobres, no lo hacen con los ricos, los de cuello blanco que son los que tienen el tráfico de drogas, los que tienen los problemas fundamentales, y ahora con la crisis son los que se enriquecen. Porque en las crisis no todos pierden, los empresarios ganan y ganan mucho.

Hay dos puntos más a abordar: la diferencia entre poder constituido y poder constituyente, así como la consciencia colectiva y de base o popular. ¿Aquí cómo es el debate? Si el partido y las instituciones son -se dice- de una revolución bolivariana

Luis: El debate entre poder constituyente y poder constituido es un debate de toda la historia de la revolución bolivariana porque cuando Chávez toma el poder en el 99, luego vamos a una discusión constituyente y resulta una nueva Constitución, la cual es muy avanzada y comienza a generar una nueva perspectiva de democracia. A eso lo llamamos rompimiento de la democracia representativa, de la democracia que se supedita solamente al sufragio, y se inyectan nuevos valores como la rendición de cuentas, revocación de los mandatos, la necesidad de la consulta popular.

Esos nuevos valores quedan constitucionalmente establecidos e inicia un proceso de debate interesante a lo interno de las organizaciones después del golpe de estado del 2002, y se va dando con mucha fuerza en diversas áreas estratégicas en Venezuela.

Por ejemplo, el problema de los medios de comunicación, después de 2012 nacen los medios alternativos y comunitarios de comunicación que permiten generar una nueva hegemonía de los valores socialistas en la gente, y empieza la reconstrucción de una nueva subjetividad de la democracia.

En ese camino, se va vertebrando todo un universo de realizaciones comunitarias que no entran en una lógica institucional, y sería la creación del partido lo que empieza a separar las aguas entre poder constituido y el poder constituyente. Porque la creación del partido se da con una lógica casi histórica, intentando aprender de las revoluciones anteriores, el partido empieza a sustituir el papel de la clase, el papel de las organizaciones de autonomía, y se empieza a discutir si el partido tendría que sustituir, por ejemplo, las conquistas de la comuna y surge una relación dialéctica de lucha de contrarios adentro de las dos estructuras. El poder constituido intenta reciclar, reconstituirse e intenta que el poder constituyente forme parte de su política.

Eso pasó con las Misiones Sociales. Las misiones educativas nacieron como parte de expresión del poder constituyente, pero poco a poco el Estado las va asumiendo como parte del poder constituido que son, como un hijo bastardo de ese poder constituido, porque lo asumen y poco a poco lo reconocen, pero en la práctica los sectores sociales de derecha como los de salud, de educación, no los reconocen. Entonces la gente queda como en un limbo de legitimidad, pero hay otras organizaciones como Consejos de Trabajadores Comité de Salud y Seguridad Laboral, algunos sindicatos clasistas, los consejos comunales y las leyes de campesinos que no se diluyen para entrar en el partido del gobierno y se mantienen en debate durante mucho tiempo.

Ya en el 2013 después de la muerte de Chávez, cuando empieza la crisis económica, ese divorcio se mantiene, pero el debate empieza a tener un bajo perfil, porque como dice la máxima marxista “basarse en las condiciones reales de existencia” y ahora el nivel de consciencia de la gente va bajando, porque el nivel de consciencia se ha supeditado fundamentalmente a sobrevivir. El debate político se mantiene pero en baja intensidad entre las organizaciones que discuten más lo ideológico y lo político. (Continuaremos)