(Escrita desde la Cárcel, 29/10//2020)

Conteo antes del amanecer y luego el aviso: “Montes llegó la patrulla, va a la Torre de Tribunales”. Las esposas, las sirenas de tres vehículos para un hombre de la tercera edad, mostrado para satisfacer a sus enemigos ridículos en un show mediático. Múltiples registros corporales; luego, espera desesperante rodeado de policías fuertemente armados. Es parte del teatro de presentarme como de Alta Peligrosidad. Varios policías advierten: “Esto ya va a pasar, cada día habrá menos prensa y menos bulla. Ya lograron lo que buscaron, ponerte como el más malo de todos, el más odiado”. La juez entra: “Todos de pie”. Dos de los abogados de la defensa me advierten que debo estar preparado para una resolución en contra. Algo sabían. Supongo. Se incorpora la abogada Martínez a la defensa. Llora al verme. Debo estar alentando a todos. El abogado Berganza solicita se me permita ampliar mi declaración. La juez lo niega. No atiende a buscar la verdad. Ya todo está decidido, se me niega hablar como es mi derecho. No importa, ya metió la presión mediática: “Debe ser condenado”, dijo el Poder Ejecutivo (Giammattei. “Que lo capturen y lo encarcelen”, dijo el Poder Legislativo (Arzú, presidente del Congreso). Ella, la juez del Poder Judicial, decide: “No se le da falta de mérito, como pidió la defensa. Se le declara ligado a proceso y se dan tres meses al Ministerio Público para investigar”. (Han tenido un año y aún les da más tiempo para mejorar su montaje, su teatro). Así es como impera la injusticia en un país inviable, un Estado fracasado, cooptado, corrupto. Así castigan a quienes se oponen al sistema. Así con mi caso quieren dar el ejemplo: AL QUE SE RESISTA LO APLASTAREMOS. Esto es Guatemala 2020. Sobreviviré.

Al volver, todos ‘los privados´ manifestaron su solidaridad y condena a lo resuelto por la juez. “Nada que hacer, eres el trofeo que ellos necesitan”. “Así es como actúan. Deje que se calmen las aguas y te dejarán libre, pero ya cuando consideren que está satisfecha su venganza”. “Era natural, ya recibieron las órdenes o el pago para actuar así”.

Inmediatamente me ofrecieron, gelatinas, bombones, galletas, refrescos. Una gota de alegría para todos, que olvidaron dónde estaban. Rieron con sus bromas. Aún en las condiciones más duras, la alegría florece. Recibí y di mi cuota de alegría. Que la tristeza no sea jamás añadida a mi nombre. Ser parte del festejo del cumpleaños de la hija de un detenido. Pastel, sorpresas.

Estaré comportándome como un dirigente revolucionario debe hacerlo. Con el ejemplo de Mandela, de José Mujica, de todos los presos revolucionarios del mundo que fortalecieron su imagen con la cárcel. Un verdadero revolucionario puede perder la libertad, la vida incluso, pero nunca perderá la moral revolucionaria.

 

Comandante César Montes, fundador de las FAR de Guatemala, detenido en México por fuerzas del imperio y los gobiernos mexicano y guatemalteco.