Agencia SubVersiones (Extracto)

 

No es cosa de otro mundo lo que nosotros hacemos”, dicen dos compañeros del Concejo Indígena y Popular de Guerrero – Emiliano Zapata (CIPOG-EZ). “Es la forma en que vivimos, como viven los pueblos”. Tranquilos a pesar del hostigamiento, las amenazas y el dolor por sus cuatro compañeros recientemente asesinados, cuentan cuál es el objetivo central de su organización: la reconstitución de los derechos de los pueblos amuzgos, tlapanecos, nahuas, mixtecos y mestizos de Guerrero.

En 2014 los pueblos organizados en torno al CIPOG-EZ reconstituyeron su sistema de seguridad y justicia comunitarias, acompañando la formación de la policía comunitaria de la CRAC de los Pueblos Fundadores (CRAC-PC-PF). Su principio es: las decisiones sobre la vida colectiva las toman los pueblos mismos a través de sus asambleas, construyendo una alternativa de vida, propia de las comunidades. En 2015, se fundó en el ejido Buenavista, Radio Zapata: una emisora libre y comunitaria cuyo objetivo es fortalecer la defensa del territorio. También preparan la construcción de un Centro de Saberes, uno de los proyectos más ambiciosos del CIPOG-EZ, puesto que es una propuesta educativa para resolver en colectivo y de manera autogestiva la seguridad y justicia, defensa del territorio, alimentación, producción y mercado interno, información, educación y salud comunitaria. Para rescatar su cultura, memoria y experiencias de las comunidades.

Además de intereses mineros, las tierras nahuas están en una zona de paso para el tráfico de drogas, por eso, la existencia de estos pueblos es un obstáculo para el despliegue de los grupos del crimen organizado. Actualmente, el territorio que defienden las comunidades es sitiado por Los Ardillos y Los Rojos, principales grupos criminales de la región. La situación es tan grave que es imposible incluso salir a trabajar la tierra: las lluvias comenzaron ya y no se está sembrando las milpas que son el sustento de la vida.

Precisamente en un viaje para comprar víveres, Bartolo Hilario Morales e Isaías Xanteco Ahuejote fueron levantados el pasado 23 de mayo. Sus cuerpos aparecieron al día siguiente, descuartizados, dentro de bolsas negras de basura. El mensaje era claro. En la región todos saben que el presidente municipal de Chilapa —el priísta Jesús Parra García— obedece a Los Ardillos, pero un detalle atroz disipa cualquier duda. Un día después de que los cuerpos fueron encontrados, Parra García extorsionó al pueblo de Xicotlán, ofreciendo dinero y los cuerpos de Hilario y Xanteco a cambio de la liberación de dos sicarios que el pueblo mantenía retenidos bajo el sistema comunitario de seguridad y justicia.

La respuesta de los pueblos del CIPOG-EZ ha sido clara, pacífica y digna. Abrazados por la solidaridad del CNI-CIG y del EZLN, y confrontados con la omisión y complicidad de los tres niveles de gobierno, publicaron a comienzos de junio la Primera declaración de resistencia del CIPOG-EZ, CNI-CIG ante el cerco de los grupos paramilitares y la omisión de los tres niveles de gobierno. Se trata de un documento histórico, donde los pueblos se declaran abiertamente en resistencia y autonomía frente al Estado narcoparamilitar:

Hoy informamos públicamente que las comunidades que conformamos el Territorio Comunitario de la Montaña Baja, integradas al CIPOG-EZ, nos declaramos como comunidades en resistencia del CNI-CIG ante el terror narcoparamilitar y ante la ausencia del Estado mexicano. Nuestro territorio será cerrado totalmente para evitar una masacre por parte de los grupos narcoparamilitares, pero también está cerrado para cualquier partido político o funcionario gubernamental, porque sólo se han venido a burlar de nosotros, cualquier comunicación deberá ser directa con nuestras asambleas permanentes presididas por las autoridades civiles y agrarias del Concejo Indígena y Popular de Guerrero – Emiliano Zapata. Reiteramos que nuestra lucha es civil y pacífica, pero no podemos resistir ante los grupos narcoparamilitares solo con voluntad, así que a partir de hoy se establecerán las barricadas que sean necesarias, desde donde resguardaremos nuestro territorio, porque hoy tomamos en nuestras manos el destino de nuestra vida colectiva.

Somos los pueblos de la región Montaña Baja de Guerrero que estamos integrados al CIPOG-EZ, los que hoy estamos en resistencia, quienes les informamos que la CRAC-PC-PF quedó rebasada ante esta situación. Y que hoy reafirmamos como pueblos, autoridades civiles y agrarias, que en nuestro territorio comunitario las decisiones se tomaran de forma colectiva por todos los pueblos en resistencia en pleno apego a nuestros modos de organización. Declaramos que no buscamos ninguna confrontación con nadie y que nuestra lucha es por la vida. Nuestra voz y nuestras decisiones emanan de nuestras asambleas permanentes, cualquier interlocución es con esta estructura comunitaria y se dará a conocer a todos nuestros hermanos de México y el mundo a través del CIPOG-EZ, y el CNI-CIG.”

La solidaridad no se ha hecho esperar. El CNI-CIG y el EZLN convocaron a una Campaña por la vida la paz y la justicia en la Montaña de Guerrero «que partirá de la comunidad indígena nahua de Amilcingo, Morelos, el día 12 de julio de 2019 para estar los días 13 y 14 de julio en la comunidad de Acahuehuetlan, municipio de Chilapa, Guerrero».

Además, se activaron centros de acopio de víveres y una cuenta bancaria para recibir los apoyos económicos y en especie para las 22 comunidades que se encuentran dentro del cerco paramilitar.

Los pueblos que conforman el CIPOG-EZ han resistido más de 500 años y, por más de 25, con un horizonte claro: su autonomía, es decir, su libertad. Los pueblos, son los que tomarán las decisiones que les permitan defenderse y vivir seguros, en paz, autonomía y dignidad. Su llamado es a la solidaridad, “necesitamos un alto a la guerra. Queremos paz. Es eso. Porque ya no queremos que haya más muertos”.