En tierras extrañas cohabito

Multiplicidad de colores

De pensamientos y formas

 

De modos de alinearse a su existencia

 

Pisando esa tierra, percibo tanto

Que ya no es la misma

Que su sin sentido se acrecienta

Que se aleja de sus habitantes

 

Siento que está tierra tiene sueños

Que sus pequeños no coman mierda

Que sus medianos no vuelvan y jodan

Que sus altos no vengan más

 

Aspirando a qué esa tierra merece más

Con miradas más extremas

Y prácticas menos perversas

En fin, volver a la proletariedad


 

Admiro una tierra parrandera

Que no olvide su anterior

Que no permita nada de su exterior

Que encuentre su futuro

Anhelo esta tierra en un mundo nuevo

Dónde una patria grande se encumbre

Dónde los jodidos ya se extingan

Dónde el poder acabe su lesiva trayectoria.

 

Pero una vez más esa tierra arde

Por no ser inocua

Por no encontrar la razón del equilibrio

Por no sentir la libertad

Por no encumbrar al que da amor

Por no elegir a tiempo la vida

Por no respetar la voluntad

Pero el ardor como la lluvia

Al final reporta la calma.

El día llegará.

 

 

Eduardo Gómez Caña