Europa fue la cuna del capitalismo y al niño ése, en la cuna, lo alimentaron con oro y plata del Perú, de México, Bolivia. Millones de americanos tuvieron que morir para engordar al niño, que creció vigoroso, desarrolló lenguas, artes, ciencias, modos de amar y de vivir, más dimensiones de lo humano.

¿Quién dijo que la cultura no tiene olor?

Paso por Roma, por París, Bellísimas. En vía de Corso y Bulmish huelo de pronto a taino devorado por perros andaluces, a orejas de un mutilado, a azteca deshaciéndose en el lago de Tenochtitlan, a inquita roto en Potosí, a querandí, araucano, congo, carabalí, esclavizados masacrados.

No olés a viejo, Europa.

Olés a doble humanidad, la que asesina, la que es asesinada.

Pasaron siglos y la belleza de los vencidos pudre tu frente todavía.

 

Juan Gelman. Roma, 14-9-1980