México, 17 de diciembre de 2020.- El 16 de diciembre, el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) fijó un salario mínimo profesional para las personas jornaleras en México, dando el primer paso para saldar una deuda histórica con las y los jornaleros agrícolas en el país.
La decisión se da luego de 50 años de que el trabajo del campo se reconociera como una actividad laboral especial en la Ley Federal del Trabajo en 1970, y sienta un primer precedente para la garantía de los derechos de las personas jornaleras; sin embargo, quedan aún importantes pendientes para atender las desigualdades estructurales que vive y enfrenta esta población, como la pobreza extrema y el desarraigo de sus comunidades.
Si bien establecer un salario mínimo profesional es sin duda, un primer paso hacia la garantía de derechos es fundamental que el monto se fije en concordancia a su indispensable labor, razón por la cual el monto mínimo que exigen las compañeras y los compañeros jornaleros es de $300 pesos. Sin embargo, la petición de incluir a personas jornaleras durante la negociación no fue tomada en cuenta. Es importante recordar que, el valor monetario de un salario debe cubrir no solamente el costo de una canasta alimentaria básica, sino también los gastos de vivienda, vestido y salud; finalmente, debe de permitir garantizar el ejercicio del derecho a una vida digna para las personas trabajadoras y sus dependientes económicos.
Por ello, el monto fijado por la CONASAMI de $160.19 pesos resulta insuficiente si se considera el número de integrantes que componen a las familias jornaleras, y a los gastos generados por la precarización laboral a la que se enfrentan. Asimismo, reconocemos que esta fijación se hace en el contexto de la pandemia por COVID-19, desafortunadamente, el monto no ha sido acorde con el crecimiento del sector agrícola en este último año.
Por primera vez la decisión de la CONASAMI no se tomó de manera unánime. Desde la Alianza Campo Justo lamentamos que el sector patronal continúe sin reconocer la importancia de la labor que realizan las personas jornaleras, y que haya sido una limitante para alcanzar alguna cifra más elevada para el salario mínimo general y en particular para las y los jornaleros agrícolas, quienes no han dejado de trabajar en beneficio de todas y todos en este país.
Por ello, desde la Alianza Campo Justo, recordamos que es un compromiso y obligación del Estado continuar trabajando para fijar un salario en un rango que sea digno, y reiteramos la importancia de retomar las voces de las personas jornaleras, quienes conocen de primera mano sus necesidades y viven día a día las dificultades del trabajo agrícola. Sin su participación las discusiones seguirán siendo desde una mirada alejada a la realidad del campo.
Finalmente, exhortamos al Consejo de Representantes de la CONASA MI a que plantee desde ahora una próxima revisión justa que desvanezca cualquier dejo discriminatorio y dé el siguiente paso que para reparar la deuda social con las personas jornaleras y otros sectores trabajadores.

 

Alianza Campo Justo, conformada por personas jornaleras promotoras de derechos humanos en conjunto con Fundar, Centro de Análisis e Investigación A.C.; Centro de Derechos Humanos y de la Montaña Tlachinollan A.C.; y la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas.