Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores Académicos de la UNAM

 

SITTAUNAM Boletín de Prensa 25-09- 2019

 

En México, durante las últimas tres décadas los trabajadores asalariados, con distintas condiciones laborales pero con los menores niveles de ingreso, han sido severamente castigados por el principio neoliberal de sometimiento a la obtención de ganancias por el capital. Esta situación laboral también se manifiesta en la UNAM, en donde alrededor del 80% del personal académico (trabajadores asalariados de la educación) es de hora-clase, y en donde, además, la mayoría de este porcentaje no tiene estabilidad laboral porque son interinos que se les contrata por semestre y tiene un salario indigno en comparación con el trabajo que desempeñan, mientras una élite académica privilegiada y el aparato burocrático que gobierna y administra la universidad obtienen grandes salarios y privilegios.

Esta discordante realidad de la máxima casa de estudios de nuestro país, enfatiza dramáticamente su rezago estructural y la falta de una verdadera legislación universitaria que establezca criterios y normas que alienten de manera objetiva y digna la incorporación, la permanencia, la estabilidad laboral, la profesionalización y el retiro de la mayoría del personal académico. Son estas condiciones las que han impulsado la constitución del SITTAUNAM, para que, desde ya, defienda realmente los intereses laborales y político-académicos del personal académico y en la vía proyectiva de acumular fuerzas para recuperar nuestro Contrato Colectivo de Trabajo; con ello producir cambios profundos que beneficien realmente a la mayoría de los trabajadores académicos, mejorando a la par la parte académica, pues una cosa no va disociada de la otra.

Para ello el SITTAUNAM fundamenta sus estatutos en la lucha contra la corrupción, el nepotismo, el charrismo sindical, la discriminación laboral y en la búsqueda de igualdad de género. Asimismo, refrenda que nuestra universidad no puede permanecer cerrada, pasiva y aislada a la trasformación democrática, como lo ha hecho hasta hoy con sus procesos internos de selección de las autoridades que han impedido la participación de toda la comunidad universitaria teniendo como pretexto la autonomía.

Ya es tiempo de comenzar con el proceso de democratización interna de la UNAM desde sus bases estudiantiles y de trabajadores administrativas y académicas, queremos proponer y votar a todos los encargados de dirigir las labores sustantivas de la universidad (la investigación, la docencia y la extensión universitaria), lo que significa la democratización implica la participación política de los universitarios en la transformación social que un país latinoamericano como el nuestro necesita.