Eduardo Gómez Caña

La clase obrera en general, está sumida en un proceso de letargo en cuanto a su organización se refiere. En México tenemos un grave problema con el corporativismo que se vivió hasta hace algunos años. Después de la revolución la organización se centró en un solo partido político, la organización sindical la controló primero el PNR y luego el PRI; ese fue el sindicalismo oficial. Si recordamos el sindicalismo del siglo XIX, los trabajadores fueron bastante dignos, se creó el Círculo de Obreros de Chalco, se formaron algunas uniones, sindicatos, hubo un griego que vino a impulsar organizaciones. Con la revolución se corporativizó el movimiento y se concentró el sindicalismo en una central obrera y se golpeó a todo aquel que se opuso. En los 60 y 70 se produjeron luchas importantes por quitarse el yugo, luego vino la andanada del neoliberalismo en donde nos pusieron camisas de fuerza con los sindicatos charros, los de protección y los blancos. Eso dio al traste con la organización porque se desestimuló la gran necesidad que existe en la clase obrera de organizarse.

Actualmente solo el 5% de los sindicatos es independiente, los demás pertenecen a la CTM y otros sindicatos del Congreso del Trabajo. De ese 5%, el 65% está en la UNT, que también ha sido una central acomodaticia dirigida por charros. El 35% restante se trata de organizar en una nueva central de trabajadores que se está creando y que ya concentra cerca de 500 sindicatos. Más del 70% de los sindicatos que componen el 5% de los independientes, están copados y en pugna con sindicatos de protección que siguen vivos y responden al gobierno en turno. Ante esto decimos que la organización de los trabajadores se ha nulificado, se ha enajenado, los trabajadores poco gozan de la organización, casi no hay huelgas y cuando hay son apachurradas completamente, recordemos que en el país el derecho a huelga está escrito pero no se concreta en las acciones. Se tiene que pedir permiso para hacer una huelga, el país está cercenado por el burocratismo y si la Junta de Conciliación y Arbitraje no autoriza una huelga, no se puede llevar a cabo.

La UNTYPP

En el caso de nuestro sindicato de técnicos y profesionistas petroleros, la UNTYPP, nació en 1975 dentro de las filas del sindicato petrolero y al momento de la caída de la Quina se trató de quitarle la sindicalización a los técnicos y profesionistas, en 1992 liquidaron a 6000 ingenieros petroleros, desaparecieron la Subdirección de Proyectos y Construcción de Obras y le quitaron a PEMEX la potestad de hacer sus propias plantas. A partir de ahí se comenzó la contratación de empresas privadas. A muchos ingenieros les dieron un bono y ya no quisieron organizarse. Quedamos un puñadito viendo como nos organizamos, de manera que en 1995 en Tula, Salina Cruz y Salamanca, hubo intentos de organizar un sindicato y fueron despedidos, pero en el 2000 conformamos en una organización civil que llamamos Todos por Pemex, hubo un primer despido; en el 2004 intentamos hacer un sindicato, otros despidos, en el 2008 volvemos a intentar formar otro sindicato, nuevos despidos con lujo de violencia. Metimos una controversia contra la negación y la ganamos gracias a la valentía de unos compañeros y a la resistencia de otros. Actualmente tenemos 6000 afiliados.

La lucha dentro de PEMEX ha sido muy fuerte, hay compañeros como Silvia Ramos que tardó 14 años para lograr su reinstalación, otros se aventaron 9, 10 años demandando y en algunos casos se perdieron las demandas. Hoy en día la UNTYPP es una fuerza que se ha generado desde abajo, es un sindicato independiente que ha sorteado muchas desavenencias, nuestro próximo paso es nuestro contrato colectivo de trabajo, a pesar de que ya tenemos 10 años con la toma de nota no hemos podido firmarlo con la empresa. Somos regidos por un reglamento para personal de confianza. Las relaciones con la empresa no son del todo favorables, en agosto se dio un aumento y a los profesionistas no les llegó, se tiene que dar la lucha para conseguirlo.

Pretendemos ser un sindicato de nuevo tipo, revolucionario, estamos luchando contra el outsourcing y todas las imposiciones de la reforma laboral, contra la contratación por horas y días, y toda pérdida de derechos laborales que se vino con la reforma laboral. La gente se contrata porque tiene necesidad y nadie protesta por eso. La reforma energética es algo que también nos pega muy fuerte, no hay cambio de leyes y vamos a ser regidos por leyes que buscan el fraccionamiento de sindicatos. Hay empresas que vienen a trabajar a México y cada una de ellas contrata personal, no Pemex. Otro de nuestros objetivos es hacer el sindicato de la industria petrolera, para aglutinar a los compañeros que no están en Pemex pero que son parte de esa industria. Los estatutos de la UNTYPP, nos inducen a considerar la industria petrolera como un bien nacional. Son de carácter revolucionario, transformador.